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Belle and Sebastian - Girls In Peacetime Want To Dance

Cae la noche y Stuart Murdoch parece gritar desde lejos que se armó el baile. Guirnaldas, luces de colores, pisos flotantes, la disco de los ochenta, cantar a los gritos y bailar girando sobre nosotros mismos. Todo eso y más se siente cuando damos play al nuevo disco de Belle and Sebastian, lanzado el 19 de enero por Matador Records y haciendo su debut como productor Ben H. Allen (Animal Collective).

Dar un paso al costado después de tanto sondear su estilo, dar con algo nuevo, ponernos contra la pared y regalar un disco electrónico sin dejar de lado sus canciones orquestales. Eso hace Stuart Murdoch y compañía en Girls In Peacetime Want To Dance.

Los beats suenan y se expanden a lo largo del disco, logrando momentos de elevación casi de nirvana directos al corazón de los indies fanáticos de Belle and Sebastian.

Empezando con dos canciones –'Nobody’s Empire' y 'Allie'- que no se alejan de lo habitual pero anunciando que este disco no iba a ser lo mismo que los anteriores, dando pistas mínimas para lanzarnos de lleno a 'The Party Line', un track que remite al synth pop de los ochenta, bailable hasta el hartazgo y marca el camino que está recorriendo B&S después de Write About Love (2010).

El trío conformado por los temas 'Enter Sylvia Plath', 'The Everlasting Muse' y 'Perfect Couples' hacen del disco un diamante en bruto. En ellos se encuentra el clímax, como si estuviésemos bailando en el cielo, la voz de Stuart Murdoch y Stevie Jackson hacen una dupla sensacional. Todo se encuentra en su justa medida, no hay nada fuera de lugar. Hay jazz, hay beat y hay synth pop en esta tríada de canciones.

Si el disco fuese una vía de tren, también hay canciones que funcionan como estaciones descanso, para volver al pasado, sentir que siguen siendo lo mismo y que no todo es sorpresa, sino evolución a un sonido mejor. 'Ever Had A Little Faith?', una canción vieja que fue recuperada para este disco; 'The Book Of You' y 'The Cat With The Cream' son las que más se acercan al pasado de B&S, con sus toques orquestales y la cadencia de la prosa.

Entrar a un país extranjero es un gran plan si tenes ganas de explorarlo, sino quédate en tu casa y seguí haciendo las cosas de siempre. Belle and Sebastian hizo lo primero con su noveno disco: entraron, inspeccionaron, tomaron lo mejor de ese país extranjero y dieron un disco novedoso como inesperado.

La belleza no siempre tiene que ser la misma, la belleza muta y evoluciona a lugares insospechados. Larga vida a la mejor banda indie escocesa de los últimos tiempos.

Por Gabriel Balmaceda



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