Hay una sensación de libertad en cada nota de piano maniobrada por David Moore; una seguidilla de manifestaciones esplendidas, llevadas de una atmósfera sutil y delicada. No Home of the Mind supera un ostentoso trabajo como lo hecho en su descendiente, pero en cuestiones que tienen que ver con lo bello, lo real, lo emocional.
Esto último se puede situar en "Chonchos", una balada flemática que lleva tres simples acordes a lo más verídico del terreno; mismo sostén lo encontramos en "As Much as Possible"--aquí en cambio, el espacio es más sublime. Hay momentos en donde David se deja llevar por una oleadas de notas en repetición, ya sea en "Form Takes", donde se practica lo que para Lubomyr Melnyk es una "música continua", para luego reiterar la historia en "Starwood Choker" - aquí ya David desafía su habilidad con las tonalidades, que hasta suelen ser precavidas y casi-indivisibles.
Característico del género, los instrumentos de cuerda juegan su rol: en este caso, con sub-graves provenientes de violonchelos que se sienten voluminosos en su desarrollo. Asimismo, hay fragmentos en donde este material encuentra su distinción "ambient", su espíritu discreto; aquello lo vemos en "Is Drop" por ejemplo, en el cual se distinguen paredes de sonido corriente y minimalista, dándole lugar a lo "electroacústico".
En términos de elaboración, No Home of the Mind es una obra impecable y esplendida, pero en la cabeza de David Moore hay más que una intención de reconocer su trabajo, ya que en términos de experiencia, este proyecto se presenta como aquello esencialmente vivo y enternecedor, que justamente, se acerca más a la intencionalidad de David y el material.
8.6/10
Por Gabriel Giménez
Esto último se puede situar en "Chonchos", una balada flemática que lleva tres simples acordes a lo más verídico del terreno; mismo sostén lo encontramos en "As Much as Possible"--aquí en cambio, el espacio es más sublime. Hay momentos en donde David se deja llevar por una oleadas de notas en repetición, ya sea en "Form Takes", donde se practica lo que para Lubomyr Melnyk es una "música continua", para luego reiterar la historia en "Starwood Choker" - aquí ya David desafía su habilidad con las tonalidades, que hasta suelen ser precavidas y casi-indivisibles.
Característico del género, los instrumentos de cuerda juegan su rol: en este caso, con sub-graves provenientes de violonchelos que se sienten voluminosos en su desarrollo. Asimismo, hay fragmentos en donde este material encuentra su distinción "ambient", su espíritu discreto; aquello lo vemos en "Is Drop" por ejemplo, en el cual se distinguen paredes de sonido corriente y minimalista, dándole lugar a lo "electroacústico".
En términos de elaboración, No Home of the Mind es una obra impecable y esplendida, pero en la cabeza de David Moore hay más que una intención de reconocer su trabajo, ya que en términos de experiencia, este proyecto se presenta como aquello esencialmente vivo y enternecedor, que justamente, se acerca más a la intencionalidad de David y el material.
8.6/10
Por Gabriel Giménez